La gastronomía mexicana no solo encandila el paladar más exigente, sino que cobra vida propia para cruzar la frontera hacia el arte cinematográfico y convertirse en el personaje principal de las mejores historias de la cultura popular en tierras aztecas.
Una prueba es la variada filmoteca que compone la historia del cine mexicano. Aquí la comida mexicana no es una pieza de utilería o una excusa para un diálogo, sino el tema central sobre la cual giran la tragedia o fortaleza de los personajes.
“En Como Agua para Chocolate, una de las películas mexicanas más taquilleras, la cocina se convierte en fuente de metáforas para que los protagonistas puedan explicar sus sentimientos de atracción, deseo y rabia. Incluso, el título recoge un dicho mexicano sobre la cólera, el cual se compara con el punto de ebullición que debe tener el agua para cocinar el chocolate”, refieren desde el portal LateNightStreaming.
A las historias de amor imposible del anterior título se suman tramas de comedia y suspenso.
American Curious
Es la historia de David (Jordan Belfi), quien emprende un viaje hacia Ciudad de México para buscar sus raíces luego de enterarse de la muerte de su madre biológica. Descubre que es dueño de un restaurante, gracias al cual conoce a Sol, una experta jefa de cocina, quien lo ayudará a desentrañar secretos de su origen.
El Ángel Exterminador
Todos los asistentes a una mansión disfrutarán de un gran banquete hasta que uno a uno se dará cuenta de que son rehenes y que deben hacer hasta lo imposible para sobrevivir.
Acá las tortas
Nos cuenta el reencuentro con sus raíces de unos hermanos quienes estudiaron en Estados Unidos gracias al negocio de venta de tortas de su familia. Sin embargo, la mentalidad de los chicos ha cambiado a tal punto que desprecian el origen humilde de este platillo mexicano que los sacó de la pobreza.
Me late Chocolate
Una comedia romántica no podía ser más dulce con los postres de chocolate que elabora la protagonista luego de la pérdida de su novio. La repostería se convierte en la pasión de Moni para superar el dolor y reencontrarse con el amor.
Macario
El punto de partida es la obsesión de un campesino por comerse un guajolote sin compartir con nadie. La historia fantástica no terminará hasta que el protagonista no consiga a toda costa el banquete soñado, así tenga que sentarse con la muerte para darse el gusto.
¡Ay amor… cómo me has puesto!
Nos muestra el drama de un panadero que se ha enamorado de una chica de alta sociedad mexicana y que está aburrida de vivir.