Las empresas socialmente responsables buscan impactar positivamente al bienestar general de la sociedad de manera sostenible y equilibrada. Para ser consideradas como tal, deben cumplir altos estándares de ética y, por supuesto, de responsabilidad social.
En los últimos años, cada vez son más las empresas que se unen en la adopción de un enfoque responsable en el ámbito social. Esto se debe a que los consumidores y la sociedad en general se encuentra cada vez más interesada en obtener productos y servicios de compañías que no solo pretenden maximizar sus ganancias y beneficios, sino también deseen realizar una contribución positiva al bienestar social y ambiental.
Bajo este contexto, es necesario conocer qué son, porqué es importante estar en el top empresas socialmente responsables y qué estándares deben cumplir para obtener esta insignia.
Cumplimiento legal
En primer lugar, para ser considerada socialmente responsable, una empresa debe cumplir al pie de la letra todas las leyes y regulaciones que se deben aplicar en su sector y en los países o regiones donde opera. Esto incluye leyes laborales, fiscales, ambientales, de protección al consumidor y de cualquier otro carácter que aplique a su actividad correspondiente.
Además, debe respetar fuertemente los derechos humanos reconocidos internacionalmente, incluyendo el derecho a la libertad de expresión, el derecho a la vida privada, los derechos laborales y el derecho a un medio ambiente saludable.
Sin embargo, a pesar de que el cumplimiento legal es un requisito esencial para cualquier empresa, para una empresa que busque ser responsable en el ámbito social no resulta suficiente. Además de cumplir con las leyes y regulaciones correspondientes, la empresa debe ir un paso más allá y buscar formas de contribuir al bienestar social y ambiental. Por ejemplo, puede adoptar prácticas laborales equitativas y justas, reducir su impacto ambiental y promover la transparencia de su gestión.
Gestión ética y compromiso con los stakeholders
La gestión ética se trata de otro de los estándares requeridos que deben cumplir las empresas socialmente responsables. Esto significa que la empresa debe llevar a cabo un código de ética y conducta que guíe su forma de actuar en todos los ámbitos de negocio.
Este código debe incluir principios y valores como la honestidad, la integridad, la transparencia y la responsabilidad. Además, las empresas deben tener presentes las necesidades y expectativas de todos sus stakeholders, es decir, de todas las partes que se encuentren interesadas en su actividad, lo que incluye clientes, empleados, accionistas, proveedores, comunidades locales y el medio ambiente.
Tener un compromiso con los stakeholders implica buscar la forma de contribuir a su bienestar, teniendo en cuenta sus necesidades e intereses. Por ejemplo, la empresa debe enfocarse en garantizar productos y servicios de alta calidad, promover la inclusión y diversidad, o contribuir al avance de las comunidades locales donde se establezcan. También puede brindar canales de comunicación efectivos con sus stakeholders para conocer sus opiniones, expectativas y necesidades, y responder a ellas de manera adecuada.
Contribución al desarrollo sostenible
Otro de los estándares que debe cumplir una empresa para ser considerada socialmente responsable es la contribución constante al desarrollo sostenible. Esto implica minimizar lo máximo posible su impacto negativo ambiental y social, promover la implementación de prácticas sostenibles en su cadena de suministros, entre muchas cosas más.
La empresa debe estar consciente del impacto que causan sus actividades en el medio ambiente y la sociedad, y actuar en consecuencia, buscando soluciones innovadoras y efectivas para reducir los posibles daños.
La contribución al desarrollo sostenible implica adquirir un enfoque a largo plazo en el cual se consideren los impactos de la actividad empresarial en las generaciones del futuro.
Por ejemplo, la empresa puede tratar de reducir la emisión de gases de efecto invernadero causada, adoptar prácticas de producción y consumo sostenibles, o fomentar el uso de energías renovables que minimicen el daño ambiental. También puede promover prácticas sostenibles dentro de la cadena de suministros al seleccionar exclusivamente a proveedores responsables y adoptando prácticas comerciales éticas y justas.