Ambas herramientas tienen interesantes aplicaciones, tanto para las empresas como para los clientes.
Todo parece indicar que estamos ante un momento muy particular en lo que se refiere al uso de la tecnología con propósitos empresariales. No es el primero que indica un cambio de paradigma: ocurrió con la generalización del entorno online y, más recientemente, con la adaptación al dispositivo de referencia, el celular, para la promoción y las transacciones derivadas de la actividad productiva. Pero, actualmente, se han consolidado algunas herramientas que pueden marcar el futuro a corto plazo.
Nos referimos, como muchos adivinarán, a la inteligencia artificial, el 5G, el IoT y empieza a despuntar la computación cuántica. Por supuesto, también la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada tienen un gran protagonismo, así como la sinergia de ambas, la Realidad Mixta. En todos los casos, su aplicación empresarial puede marcar la diferencia a nivel de competitividad. También, evidentemente, en el sector del turismo. Pero hoy es el momento de centrarse en el ejemplo de dos de ellas: la RV y la RA. Ambas con enorme potencial práctico a nivel de crecimiento empresarial y para dar un mejor servicio a los clientes.
La realidad Virtual parecía una utopía hasta hace poco tiempo. No es que no existiese o no fuese interesante; si no porque no acababa de despegar. Numerosas ferias sectoriales la utilizaban para presentar sus productos, de forma innovadora; sin embargo, su generalización en la sociedad parecía un hito inalcanzable. Con la posible aparición del Metaverso algo ha cambiado: los nuevos equipos han llegado al gran público y, hoy, hay una considerable oferta centrada en la RV. Ya existen videojuegos asequibles que contienen esta tecnología, igual que pronto estarán disponibles tragamonedas gratis México en este formato. También se empieza a aplicar su uso en la formación de profesionales, en el mercado inmobiliario y en otros tantos sectores.
Para el turismo es una gran posibilidad. ¿Por qué debería serlo, si un viaje virtual podría restar facturación a las empresas que viven de vender desplazamientos presenciales? Bien, tal vez éste no sea el enfoque adecuado, teniendo en cuenta el potencial de esta tecnología para promocionar los destinos a visitar. La Realidad Virtual puede ser un auténtico atractivo para promover los viajes, ya que permite que el cliente experimente una muestra de lo que verá si se decide a adquirir el servicio; algo similar a lo que ocurre con el sector inmobiliario, cuando muestra diferentes viviendas en modo virtual, para que el cliente pueda decirse entre ellas antes de comprar una.
Pero esta no es la única aplicación posible. En aras de dar un mejor servicio a los clientes, la RV puede servir para realizar algunas actividades de forma virtual, para prevenir incidencias durante el viaje presencial. Nos referimos, por ejemplo, a un “tour” que muestre zonas seguras y zonas que es mejor evitar; o el funcionamiento de algunos aeropuertos que mantienen trámites complejos. Incluso, para visualizar, previamente, la distribución de una convención y lo que se podrá encontrar allí, para que el profesional que la visita pueda organizar mejor su tiempo. Definitivamente, las posibilidades son muy amplias. Eso sí, requieren una inversión inicial en equipos y formación.
Por su parte, la Realidad Aumentada despunta como la herramienta que cogerá el relevo de los dispositivos móviles a corto plazo. Al menos, así lo considera un gurú de la tecnología como Mark Zuckerberg. Para los que no conocen la RA, hay que señalar que se trata de un entorno que combina la realidad que nos rodea con elementos digitales añadidos, habitualmente, en forma de información que podemos visualizar y ampliar. Para ello, se suelen utilizar unas gafas especiales; aunque también hemos visto ejemplos en los celulares, como el popular juego Pokémon GO.
En el sector del turismo, la utilidad puede adquirir muchas formas. Las empresas pueden incluir servicios complementarios, para el viajante, basados en esta tecnología, para ampliar la experiencia del cliente cuando se encuentre en el destino elegido, con información útil sobre todo aquello que visita. También puede servirle para escoger entre diferentes opciones, ya sea a nivel de restauración, hostelería, actividades culturales, centros avanzados de ocio, etc. Se trata de una posibilidad que permite ser más competitivos frente al resto de empresas y aumenta la satisfacción y el “engagement” del cliente hacia la organización y sus servicios.